Soy un hombre de 27 años.
Aunque estudié durante 20 años, no soy inteligente. Este defecto me provocó un complejo de inferioridad y me generó tristeza e ira hacia los demás. La mayoría de la gente no me aguanta y me rechazan, por eso, recurrí al aislamiento.

Las alabanzas a Al-lah, el Señor de todos los mundos. Doy testimonio de que no hay otro Dios sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y Mensajero. 

Es bien sabido que Al-lah, el Majestuoso, Ha distribuido el sustento y diferentes dones entre Sus siervos con diferentes grados. Al-lah, Glorificado Sea, Dice (Lo que se interpreta en español así): {Nosotros repartimos entre ellos sus medios de vida en este mundo y hemos elevado en grados a unos sobre otros, para que unos tomaran a su servicio a otros.} [Corán 43:32].

Así pues; a algunos  Al-lah Otorgó dinero, privándolos de la salud, mientras que a otros, Al-lah Dotó de salud y vitalidad, privándolos de tener hijos, y los Hizo estériles. Hay muchos otros casos más, y  todo depende de la Voluntad de Al-lah, Su Poder y Su Sabiduría.

El musulmán tiene que estar satisfecho con lo que Al-lah le Ha dado, y no debe enojarse por sentirse privado de alguna cosa.

Si usted piensa en las innumerables gracias que Al-lah, Glorificado Sea, le Ha dado, va a encontrar que hay algo que provoca la alegría y la felicidad, no la tristeza y la ira.

Y si usted cree que fue privado de una parte de inteligencia, recuerde que fue agraciado con el Islam que es la mejor gracia, recuerde la salud, la seguridad, la comida y la bebida, el oído, la vista, el olfato, el gusto y las otras gracias que Al-lah le Dio, mientras Privó a otros de ellas.

Quizás el sentimiento de falta de inteligencia no sea verdadero, y se deba a  una negligencia al estudiar, revisar o concentrarse en escuchar las lecciones, distrayéndose con otras cosas o algo así.

Estudie y revise bien, y busque ayuda de su Señor, siguiendo Su Shari‘ah. No dé a las cosas más importancia de la que merecen.

Además, trate bien a la gente, alejándose de la ira y la rivalidad, y así, sentirá el amor de la gente, encontrará que ellos no le odian, y su aislamiento desaparecerá.

 No habría ningún inconveniente en consultar a un psicólogo, ya que el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, animó a hacerlo, pues dijo: "buscad cura a vuestras dolencias o enfermedades….".

Y Al-lah Sabe mejor.