Quiero preguntar sobre el tiempo que debe pasar entre ambos Jutbas y cómo es. ¿La amonestación en el Jutbah es obligatoria, o es válido el sermón sin ella, y cuál es su lugar dentro de las obligaciones del sermón, es la segunda o la tercera? Que Al-lah les de la mejor recompensa.

Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y todos sus discípulos.

El tiempo entre los dos sermones debe ser muy corto, algunos mencionaron que debe durar el tiempo que se demora una persona en recitar Suratul Ijlas (número 112). Al Bahuti en el libro Kash-shaf Al Quina’, dijo: “La Sunnah es que sea muy corto, pues Ibn Omar reportó, según lo registró Bujari y Muslim, que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, se sentaba entre los dos sermones”.

Un grupo de eruditos, entre ellos el autor del Taljis, afirmaron que si el Jatib (el disertante) no se sienta en medio de los dos Jutbas o lo hace todo sentado, y en medio de ambos hace una pequeña pausa, su actuar es totalmente válido, porque así lo hicieron algunos sahabah, destacando a Ali Bin Abu Talib, y porque no hay un dhiker o súplica específica para ese momento.

Al Jatib Ash-Shirbini escribió en Mugni Al Muhtay: “Se recomienda que el descanso entre los dos sermones debe durar lo que se tarda en leer Suratul Ijlas. Ahora, ¿se debe decir algo mientras está sentado o se guarda silencio? No hay un juicio al respecto, sin embargo, en Sahih Ibn Hibban se registró que el Enviado de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, decía algo mientras permanecía sentado”.

En lo que respecta al maw’ida (amonestación, reflexión), esta es un requisito indispensable de la Jutbah, el más importante en realidad y el objetivo principal de la disertación. Para mayor información te recomendamos leer la Fatwa 417883 que publicaremos pronto.

El Jutbah no es válida si no se ordena la piedad, el temor reverencial hacia Al-lah y asuntos relacionados que hacen parte de la maw’ida, que es el último requisito del sermón según el orden preferencial, ya que debe iniciar alabando a Al-lah, enalteciéndolo; seguidamente se debe pedir bendiciones y paz por Su Mensajero, recitar un poco del Corán y, finalmente, la amonestación. Pero si cambia el orden mencionado, el sermón es totalmente válido.

Según Al Bahuti, instar a que se le tema a Al-lah es fundamental, sin importar las frases conocidas que se use para ello, como: Ittaqul-lah (teman a Al-lah), Ati’ul-lah (obedezcan a Al-lah), etc.

Abu Al Ma’ali y el Shaij Taqui Ad-Din afirmaron que no basta con recordarle a la gente la muerte y la falsedad que hay en este mundo, sino que se debe mencionar aquello que conmueva los corazones.

Se inicia Alabando a Al-lah, como dijimos, porque Abu Hurairah reportó: “Todo discurso o charla que no se inicie con Alhamdulil-lah, queda incompleto”.

Y Al-lah sabe más.