Las aleyas del ayuno y su llamado al Islam (Continuación)
{Se os prescribió el ayuno al igual que a quienes os precedieron…} Por lo general, el ser humano se muestra reacio a cumplir o hacer las cosas que ve o piensa difíciles, en especial cuando no sabe o no encuentra que otros antes de él lo hayan hecho sin problema. Así que, si conoce que otras personas pudieron hacer lo que se le está pidiendo, lo más seguro es que él se anime y lo haga también, ya que pensará: Si otros pudieron, ¿por qué yo no?
{…Para que alcancéis la piedad…} Al-lah, Altísimo y Glorificado Sea, nos Indica con estas, Sus Palabras, que el objetivo del ayuno no es, en ningún momento, condenar al ser humano, castigarlo y torturarlo haciéndolo pasar hambre, sed y prohibirle todo lo que le es permitido, como tener relaciones con su esposa durante el día. Sino que, por el contrario, el ayuno es un medio que le ayudará a conseguir algo más preciado e importante, la Taqwa (piedad, temor reverencial de Al-lah). La Taqwa es el camino que llevará al creyente hacia la salvación y a librarse del castigo y desagrado de Al-lah. El ayuno, así como todas las demás formas de adoración, tienen como objetivo fundamental generar en el musulmán la Taqwa, para que así logre el éxito en esta vida y en la del más allá.
{…Ayunad días contados…} Al-lah, el Todopoderoso, no Impone una carga más allá de las capacidades de Sus siervos, por ello nos Pide que ayunemos tan sólo unos cuantos días, no todo el año, pues en realidad son contados en comparación con la cantidad de días que tiene un año completo. De esta manera, el creyente piensa: ¿Por qué no habré de aprovechar estos pocos días para lograr alcanzar la piedad y la salvación? Lo que lo llenará de ánimo y le facilitará las cosas para que pueda ayunar sin mayores dificultades.
{…Quien de vosotros estuviese enfermo o de viaje y no ayunase, deberá reponer posteriormente los días no ayunados…} Como ya habíamos mencionado, el objetivo del ayuno no es castigar a la persona; por lo tanto, cuando una persona se encuentra en una situación especial, como el viaje o la enfermedad, Al-lah le Prescribe que puede dejar de ayunar esos días, porque hacerlo significaría complicaciones y dificultades para sus actividades o su salud.
{…En el mes de Ramadán fue revelado el Corán…} Estos días llamados como contados no son como los demás días del año, pues en ellos fue que se inició la revelación del Corán. Este mes, el de Ramadán, fue honrado como ningún otro periodo al darse el inicio de la revelación en él. Como sabemos, de la misma manera en que Al-lah Escogió a Sus Mensajeros y Profetas para Revelarles Su mensaje, igual Hace con los periodos de tiempo, por ello Prefirió a Ramadán sobre los demás meses. Además, durante este mes, cuando el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se encontraba con vida, descendía el Ángel Gabriel, la paz sea con él, por orden de Su Señor, para que él le recitara todo lo que se le había revelado del Corán, incluso, en el último año de su vida, lo recitó dos veces. Este hecho señala la importancia que tiene la lectura del Corán en Ramadán, por lo que es recomendable que cada uno de nosotros se esfuerce en incrementar su lectura.
{…Como guía para la humanidad y evidencia de la guía y el criterio…} Estas palabras son bien claras al señalar uno de los propósitos de la revelación del Corán.
{…Al-lah Desea facilitaros las cosas y no Dificultároslas…}. Estas palabras implican un significado muy amplio de la sabiduría Divina al haber sido reveladas precisamente junto con las aleyas que prescriben el ayuno. No hay duda de que el ayuno representa cierto grado de dificultad; sin embargo, la aleya expresa que no es nada en comparación a los grandes beneficios que se alcanzan, tanto en la parte espiritual como la física. De lo anterior se entiende que este es un pequeñísimo costo que tiene que pagar el creyente para alcanzar la Taqwa. Pero, aun así, el objetivo de todas las órdenes y prohibiciones que Al-lah, el Omnisciente, Ha Decretado, es Facilitarle la vida y los asuntos a Sus siervos; por esta razón es que encontramos que quien esté enfermo o esté viajando no ayuna, porque esto implica una gran dificultad para esta persona.
La regla dictada por esta aleya en cuanto a levantar la dificultad no es un asunto que se deje al criterio de la gente del común, y más cuando esta no tiene pleno conocimiento de los asuntos que están lejos de su percepción por su conocimiento y condición de humano. Si fuera así, muchos alegarían que como al ayunar se les dificulta trabajar, por ejemplo, entonces no hay que ayunar. Por ello, sólo los dotados de intelecto y conocimiento del Libro de Al-lah y la Sunnah de Su Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, basados en las enseñanzas e interpretaciones de los Salaf (predecesores virtuosos) tienen el criterio suficiente para señalar qué es lo que se considera como dificultad y qué no, obviamente basados en una prueba fundamentada en los textos auténticos y reconocidos del Islam.