En nuestro mundo, actualmente nos encontrarnos frente a una serie de valores “nuevos”, algunos de los cuales chocan con los “viejos”, puesto que se relacionan con los derechos y obligaciones de las personas, sean los individuales o los que tienen que ver con los demás. Esto se nota principal y particularmente en los derechos de la mujer y los del niño, mismos que están estrechamente unidos.
Al respecto, encontramos que los derechos de la mujer chocan con los del niño dentro de la nueva visión que se quiere imponer en el mundo, porque se exige que la mujer salga de su casa y trabaje –derecho que en el Islam no es negado, siempre y cuando se apegue a las normas establecidas por la Shari’ah para ello– y, al mismo tiempo se pide que se respeten los derechos del niño en cuanto a que sea cuidado por sus padres y familia. Estos dos derechos –los de la mujer y los del niño– están unidos intrínsecamente de tal forma que en ocasiones, como esta, se encuentran, y uno quiere o debe imponerse sobre el otro. Pero veamos qué nos dicen al respecto los especialistas en temas de derechos humanos, las madres y dueños de empresas.
La necesidad que tienen mis hijos de mí es mayor a la que yo tengo de mi trabajo
Le preguntamos a Um Nasir, quien trabaja en el departamento de recursos humanos de una prestigiosa firma: ¿Cuál de los dos prima, el derecho de la mujer o el de los niños? Ella nos respondió: “Yo amo mi trabajo, pues permite que muchas de mis capacidades se desarrollen, me hace sentir plena; pero, por más amor que le tenga, cuando el caso así lo demanda, yo sobrepongo a mi trabajo, y cualquier otra cosa, la educación y demás necesidades de mis hijos”; y añade: “Al-lah, Altísimo sea, me Bendijo con dos hijos, ellos son lo más valioso que tengo en la vida; por lo tanto, su bienestar para mí es lo primero, la necesidad que ellos tienen de mí la sobrepongo a cualquier necesidad propia, incluso el trabajo. Gracias a Al-lah, mis necesidades materiales son suplidas por mi esposo; pero en el caso de mis hijos, lo que ellos necesitan de mí, nadie más que yo se los puede proporcionar”.
Varios estarán de acuerdo con lo que dijo la señora Um Nasir; sin embargo, en algunos otros casos existe otro tipo de problemas, como cuando la mujer está embarazada o ha dado a luz. En estos casos, ¿dónde queda su derecho?
El estado tiene la obligación de velar por los derechos de sus ciudadanos
El Doctor Hani Yahshan, funcionario de la organización “Red árabe para la prevención de la violencia contra el niño” nos da su opinión y dice: “La mujer tiene derecho a trabajar y el niño a que su madre lo cuide y eduque. Existen muchas maneras de solucionar este aparente choque; entre ellas, que se establezcan vacaciones por maternidad más largas, y/o la creación de guarderías para los niños bien supervisadas por parte del gobierno. Además, debe garantizarse que las mujeres cuyos ingresos no son suficientes para pagar los costos de estas guarderías, tengan tratos especiales. Claro, todas estas y demás posibles soluciones deben ser asumidas por los gobiernos; pues, a la larga, quien tiene que garantizar los derechos de los ciudadanos es el estado”. El Doctor Yahshan termina diciendo: “Lo que he mencionado se aplica a los lugares de trabajo donde las condiciones de la mujer son respetadas, es decir, aquellos campos de trabajo donde su dignidad y características especiales son salvaguardadas y nadie puede agredirlas. Yo hablo de unas condiciones de trabajo ejemplares, pues esto es lo que le asegurará a la mujer que pueda cumplir con su deber como madre y trabajadora”.
La familia juega un papel fundamental en la educación de los hijos
Por su parte, el Doctor ‘Uzman Muhammad Nur, consultor del Consejo para la protección del niño en el Medio Oriente y Norte de África, afirma: “No veo por qué deba existir algún tipo de choque entre ambos derechos –el de la mujer a trabajar y el de la educación de los niños– pues yo creo que la educación de los hijos no es una obligación de la madre únicamente. Es cierto que la madre es el centro de la familia y su papel es fundamental; pero el papá y demás miembros de la familia (hijos e hijas) deben asumir su rol, no como secundario, sino como necesario en la educación de los más pequeños. Creo que el que la mujer salga de su casa y trabaje es algo muy importante, al fin y al cabo, ella es la otra parte que complementa la sociedad, y existen un sinnúmero de oficios donde su presencia se hace necesaria. Si le negamos a la mujer el derecho a trabajar estaremos desperdiciando sus grandes capacidades”.
Esta exposición del Doctor Muhammad Nur es acertada en los caso en el que los dos derechos no se encuentren, y las condiciones del trabajo de la mujer son favorables; por ello, le pedimos que nos diera su opinión en el caso en que sucediera lo contrario, es decir, que hubiera choque entre los derechos de la mujer y los de los niños, estas son sus declaraciones: “Por supuesto, el derecho de los niños a recibir una educación y cuidado apropiado prima sobre cualquier cosa; aunque no sea esta la forma más adecuada de medir las prioridades, pues las cosas no son o blancas o negras, esto o lo otro, siempre hay un término medio. Por esta razón, son necesarias las instituciones dedicadas al cuidado de los niños, en especial las guarderías. Hay muchos programas de educación temprana para la niñez, que junto con las organizaciones sociales, civiles y gubernamentales pueden ser un buen sustituto, al igual que la familia, de la forma como era en el pasado, donde la abuela o la tía contribuían con las madres para que ellas salieran a trabajar”.