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La Dawah de los Profetas (parte 1 de 2)

La Dawah de los Profetas (parte 1 de 2)

La Dawah (invitación o llamado hacia el Islam) es una responsabilidad de todo musulmán que tenga la capacidad de hacerlo, y es un asunto que no debe ser pasado por alto ni descuidado.

Llamar hacia Al-lah es el camino del Mensajero Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y sus seguidores, como Al-lah, el Altísimo, dice (lo que se interpreta en español): {Diles [a los hombres ¡Oh, Muhammad!]: Éste es mi sendero, tanto yo como quienes me siguen exhortamos [a creer y a adorar] a Al-lah con conocimiento [y certeza]. ¡Glorificado sea Al-lah! Por cierto que no me cuento entre los idólatras.} [Corán: 12:108]

Llamar hacia Al-lah fue la misión de todos los Mensajeros y sus seguidores, con el objetivo de sacar a la gente de la oscuridad y llevarla hacia la luz, del Kufar (incredulidad) a la verdadera Iman (fe), del Shirk (politeísmo) al Tawhid (monoteísmo), y del Fuego al Paraíso. Esta llamada hacia Al-lah descansa en pilares firmes, y está establecida sobre bases que son absolutamente esenciales. Si alguna de ellas falla, la Dawah (llamada al Islam) no será correcta y no producirá los resultados deseados –no importa cuánto tiempo o esfuerzo sean invertidos–, y esta es la realidad que atestiguamos en relación a muchas de las llamadas que en el presente no están soportadas por estos pilares ni construidas sobre estas bases. Estos pilares, que soportan la Dawah correcta son mostrados claramente en el Libro de Al-lah (el Corán) y en la Sunnah (tradición profética), y pueden resumirse así:

1. Conocimiento de a qué está uno llamando
Ya que la persona ignorante no es apropiada para ser un Da’ai (quien invita o hace el llamado, anunciador). Al-ah, el Altísimo, dijo a Su Profeta (lo que se interpreta en español): {Diles [a los hombres ¡Oh, Muhammad!]: Éste es mi sendero, tanto yo como quienes me siguen exhortamos [a creer y a adorar] a Al-lah con conocimiento [Basira]. ¡Glorificado sea Al-lah! Por cierto que no me cuento entre los idólatras} [Corán 12:108]. De modo que el anunciador de seguro debe enfrentarse a aquellos que son eruditos del extravío, aquellos que lo atacarán con dudas y argumentos inútiles con el fin de refutar la verdad. Al-lah, el Altísimo, dice (lo que se interpreta en español): {Arguméntales de la mejor manera.} [Corán: 16:125]

2. Actuar de acuerdo con lo que predica
Esto significa que él debe ser un buen ejemplo: sus acciones deben ser un reflejo y la puesta en práctica de sus palabras, y no dejar excusas para los ataques de los que se oponen a la verdad. Al-lah, el Altísimo, nos informa que Su Profeta Shuaib dijo a su gente (lo que se interpreta en español): {No tengo la intención de ser diferente a ustedes en cuanto a lo que les he prohibido, sólo pretendo reformar tanto como yo mismo soy capaz…} [Corán: 11:88]

3. Pureza de intención (Al Ijlás):
La Dawah debe hacerse de manera pura y sincera, buscando la complacencia de Al-lah, para buscar el Rostro de Al-lah (y buscar Su Recompensa), no para exhibirse, buscar reputación, estatus, liderazgo ni para alcanzar objetivos materiales y mundanos. Si alguno de estos objetivos la adultera, la llamada ya no es por Al-lah, sino que es por beneficio propio o para lograr ganancias personales y recompensas mundanas. Al-lah nos informa que Sus Profetas dijeron a sus pueblos (lo que se interpreta en español): {No os pido remuneración alguna a cambio [del Corán]…} [Corán: 6:90], y (lo que se interpreta en español): {No os pido retribución alguna a cambio [de transmitiros el Mensaje].} [Corán: 11:29]

Echemos un vistazo a la forma en que dos de los Profetas más conocidos, Nuh (Noé) e Ibrahim (Abraham), la paz sea con ellos, transmitieron el mensaje de Al-lah y llamaron a la gente hacia el sendero recto.

Nuh, la paz sea con él
El nombre del Profeta Nuh, la paz sea con él, ha sido mencionado en el Corán 45 veces. Recordemos algunas de estas aleyas (versículos) y Suras (capítulos). Al-lah el Altísimo y Exaltado dice (lo que se interpreta en español): {Por cierto que enviamos a Noé a su pueblo y permaneció entre ellos novecientos cincuenta años. Y en medio de su iniquidad les sorprendió el diluvio} [Corán: 29:14]. Y: {Por cierto que enviamos a Noé a su pueblo [y le dijimos]: Advierte a tu pueblo antes de que lo azote un castigo doloroso. Dijo: ¡Oh, pueblo mío! Por cierto que soy un claro amonestador para vosotros} [Corán: 71:1-2].

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