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Formas de conspiración del enemigo en contra de nuestros jóvenes (2)

Formas de conspiración del enemigo en contra de nuestros jóvenes (2)

¿Por qué es que los jóvenes adquieren este tipo de conductas?

La respuesta a esta pregunta la podemos resumir en los dos siguientes aspectos:
1.      Falta de autoridad de los padres ante sus hijos y una educación deficiente. Cuántos padres son los que ven que sus hijos no cumplen con la oración y no son capaces de llamarles la atención y exhortarlos para que no las descuiden. Cuántos otros ven que las compañías de sus hijos son una mala influencia para ellos, y no hace nada por alejarlos de estos supuestos amigos. Así que nos encontramos con una cantidad innumerable de padres de familia que no quieren asumir sus responsabilidades frente a sus hijos y tampoco quieren siquiera esforzarse por aconsejarlos, exhortarlos y llamarlos al bien.
2.      Las malas compañías y amistades, las cuales, en la mayoría de los casos, son las causantes principales de la desviación de los hijos, pues se caracterizan por que solo invitan a lo licencioso, disfrazan la perdición para que se vea como buena, facilitan todos los medios para que se caiga en ella y se sienten orgullosos de vivir en la desobediencia de Al-lah. Frecuentar personas de esta clase debilita la fe al punto que, en el peor de los casos, puede hacer que un musulmán abandone su fe; sobre gente así nos advirtió el Profeta Muhammad, sallallah 'alaihi wa sallam, cuando los comparó con los herreros, pues cuando alguien se acerca a ellos o lo queman mientras trabajan, o por lo menos el hedor del hierro ardiente se le pega. Hombres y mujeres caracterizados por este bajo comportamiento son en realidad demonios, de los cuales debemos pedir protección a Al-lah, para que nos libre de su mal.
Jóvenes, en estas líneas solo queremos hacerles un llamado a la grandeza y la dignidad, para que no se dejen engañar por términos como la modernidad y civilización, que aunque tengan un buen significado, se están utilizando fuera de su contexto real, dejando que cambien sus conductas y personalidades. No descuiden sus obligaciones para con Al-lah por comodidad o porque estén ocupados, y recuerden siempre el consejo dado por nuestro Profeta Muhammad, sallallah 'alaihi wa sallam: “Aprovechen cinco cosas antes de que os ocurran otras cinco: la vida antes de la muerte, la salud antes de la enfermedad, el tiempo libre antes de que os ocupéis, vuestra juventud antes de la vejez, y vuestra riqueza antes de la pobreza”.
Los jóvenes tienen una oportunidad de oro para merecerse un lugar privilegiado el día más difícil, duro y largo de todos, el del Juicio. Fue registrado por Bujari y Muslim que el Mensajero de Al-lah, sallallah 'alaihi wa sallam, dijo: “Siete clases de personas estarán bajo la sombra de Al-lah el Día en el que no habrá otra sombra más que la Suya…” y mencionó dentro de estos siete: “…un joven que se crió adorando a su Señor”. Cómo no ha de ser así, si esta persona creció junto con la fe, dominando su ego para cumplir con las órdenes Establecidas por Al-lah, utilizando toda su fuerza física y espiritual, sus bienes y todo lo que Al-lah le Concedió y Bendijo con ello, para buscar Su complacencia y agrado. Un hombre o mujer con estas características es querido y querida por todo mundo por el solo hecho de gustar del bien y hacerlo siempre que pueda, y porque si por algún motivo no puede hacer acciones virtuosas, exhorta a los demás a que las hagan y exalta a quien acostumbre hacerlas. En el caso en el que se le presente la oportunidad de cometer una falta o pecado, su fe y firmeza lo protegerán, con el favor de Al-lah, por más que se le presente disfrazada como buena.
Quien es consciente y comprende que la juventud es una etapa pasajera en nuestras vidas, que se va y no regresa más, la aprovecha en todo lo bueno a lo que Llama Al-lah, para de esta manera asegurar su éxito en esta vida y en la Otra. Y sabe que si la desperdicia en el pecado y la desobediencia, y desperdicia su tiempo en asuntos sin sentido, llegará el día en que se arrepentirá y se recriminará por haber sido injusto consigo mismo, y será de quienes, cuando vean frente a sí el futuro que se han buscado -es decir, el castigo-, dirán como nos lo Menciona Al-lah (lo que se interpreta en español) : {Si pudiera retornar [a la vida mundanal], entonces me contaría entre los benefactores} [Corán 39:58], pero ya será muy tarde.
No hay mejor persona ni más valerosa ni más piadosa ni más digna y amorosa que un joven creyente y temeroso de incurrir en acciones que desagraden a su Creador y Benefactor. Alguien así se distingue por su comportamiento, pues respeta a los mayores, es paciente y justo con los menores, no se le ve en malas andanzas ni acompañado de personas indecentes; su rostro ilumina con su tranquilidad, paz y alegría todo lo que le rodea. Una persona así está guiando a su ser hacia la gran recompensa que Al-lah Ha Preparado para gente como él.
Queridos jóvenes, aprovechen la vitalidad que tienen hoy en día antes de que sea demasiado tarde; recuerden que si esta oportunidad que Al-lah les Ha Concedido no la usan en algo bueno, pues será desperdiciada en algo malo de lo que se arrepentirán, sin lugar a duda, tarde que temprano. Recuerden las preguntas de la tumba, y las que se les hará en el más allá: ¿Quién es su Señor?, ¿quién fue el Profeta que siguieron?, ¿en qué invirtieron su tiempo, su juventud y sus bienes?…tendrán, mejor dicho, tendremos que rendir cuentas ante Al-lah por todo, absolutamente todo lo que teníamos e hicimos en nuestra vida, así que preparémonos con la mejor posición, las obras de bien y obediencia a Al-lah, para ese difícil Día.
Por último, solo nos queda recordarles que estamos en esta vida por una razón, adorar a Al-lah de la manera como Él y Su Mensajero lo decretaron. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¿Acaso creíais que os Creamos sin ningún fin, y que no ibais a comparecer ante Nosotros?} [Corán 23:115] La Ummah necesita hoy en día, más que en cualquier otra época, de jóvenes creyentes, comprometidos con su fe, responsables con sus deberes y firmes ante las tribulaciones que se siembran a su alrededor.

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