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  1. Para la mujer
  2. El Corán y Ramadán

Descuidando el Glorioso Corán

Descuidando el Glorioso Corلn

Todo creyente en Al-lah, sea hombre o mujer, debe recitar el Libro de Al-lah, el Sagrado Corán, meditando en él y comprendiéndolo, y este debe ser un acto muy frecuente en su vida. Dice Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (lo que se interpreta en español): {Éste es el Libro Bendito [el Sagrado Corán] que te Revelamos [¡Oh, Muhammad!] para que mediten sobre sus preceptos, y recapaciten los dotados de intelecto.} [Corán 38:29] Y también Dice (lo que se interpreta en español): {Por cierto que quienes recitan el Libro de Al-lah, practican la oración y hacen caridades de aquello que les Proveemos, en público o en secreto, aguardan mediante ello lo que no les defraudará [la complacencia divina], Al-lah les Retribuirá por sus obras, y les Concederá aún más de Sus gracias porque Él es Absolvedor, Agraciador.} [Corán 35:29-30]

Pero la recitación del Corán incluye tanto la recitación en si como actuar de acuerdo a ella (cumpliendo con lo que Al-lah, el Todopoderoso, ordena en él, y absteniéndose de que prohíbe). La recitación debe realizarse con meditación y entendimiento. La sinceridad hacia Al-lah es una forma de cumplir y actuar de acuerdo con el Corán, y su recitación contiene una gran recompensa, como el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Reciten el Corán, porque en el Día de la Resurrección él vendrá como un intercesor para su compañero (quien lo recita y cumple con sus enseñanzas)”. [Muslim]
El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, también dijo: “El mejor entre ustedes es aquel que aprende el Corán y lo enseña”. [Bujari]
Otra narración sostiene: “Quien lea una letra del Corán recibirá (la recompensa de) una buena acción y diez buenas acciones similares a ella. No digo que Alif (A) Lam (L) Mim (M) [se cuenten como] una sola letra, sino que Alif es una letra, Lam es una letra y Mim es una letra”. [At-Tirmidhi]
El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le dijo a ‘Abdul-lah ibn ‘Amr ibn Al ‘As, que Al-lah Esté complacido con él: “Completa la recitación del Corán una vez por mes”. Él (‘Abdul-lah) dijo: “Yo puedo hacer más que eso, oh, Mensajero de Al-lah”. Entonces él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Entonces completa su recitación una vez cada siete días”. [Bujari]
Los Compañeros, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, solían terminar de leer el Corán entero una vez cada siete días.
Por tanto, se recomienda que los lectores del Corán aumenten su lectura, reflexionando sobre él y entendiéndolo, con sinceridad hacia Al-lah, con el propósito de aprender y beneficiarse de él. Deben leer el Corán entero una vez al mes. Pero si pueden hacer más que esto sin ninguna dificultad, entonces deben completarlo en menos de ese tiempo.
Sin embargo, es mejor no completarlo en menos de tres días, ya que esta es la cantidad de tiempo más pequeña que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le mencionó a ‘Abdul-lah ibn ‘Amer ibn Al ‘As, que Al-lah Esté complacido con él. Esto es porque, si es leído en un tiempo menor a tres días, la persona estará demasiado apresurada y no se concentrará ni reflexionará mientras está leyendo.
Al-la, Exaltado sea, Dice en el Sagrado Corán (lo que se interpreta en español): {Y dice el Mensajero: ¡Oh, Señor mío! En verdad mi pueblo ha abandonado el Corán.} [Corán 25: 30]
Por tanto, Al-lah, el Todopoderoso, nos informa que Su Profeta y Mensajero, Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: {…¡Oh, Señor mío! En verdad mi pueblo ha abandonado el Corán.} (actuar acorde a él o escucharlo), y eso es porque los idólatras no prestaban atención ni escuchaban el Corán, como Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Dicen los incrédulos [de La Meca]: No prestéis atención al Corán [cuando el Profeta lo recita], y hablad banalidades [en voz alta, hasta que cese la recitación], tal vez así seáis los vencedores.} [Corán 41:26]
Así, cuando el Corán era leído para ellos, comenzaban deliberadamente a hacer ruido y a hablaban cosas banas para no escuchar el Corán. Esta es una de las formas de abandonar el Corán. Del mismo modo, no tener fe y confianza en él es también una de las formas de abandonarlo. No reflexionar sobre él ni tratar de comprenderlo, no actuar de acuerdo a él, no obedecer sus órdenes ni abstenerse de lo que prohíbe, recurrir a algo diferente en lugar de él –ya sea la poesía, la música, el entretenimiento u otros formas de banalidades, y tomar un camino derivado de otra cosa aparte del Corán, son todas formas de abandonarlo, sobre lo cual fuimos estrictamente advertidos por Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, y Su Mensajero, sallallahu ‘alaihi wa sallam.

 

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