Introducción
Para los musulmanes, los Sahabah, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, son las personas más amadas, respetadas y virtuosas que existieron después del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y los demás Profetas y Mensajeros de Al-lah, que la paz de Al-lah sea con todos ellos. Este lugar tan significativo que ocupan en los corazones de los creyentes lo alcanzaron gracias al gran esfuerzo que realizaron para salvaguardar al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam y su mensaje, además de su entrega y sacrificio en el camino de la divulgación del Islam, ellos lo dieron todo, su ser y sus bienes.
Al-lah, Altísimo sea, Describió a los Sahabah con las siguientes Palabras (que se interpretan en español): {Muhammad es el Mensajero de Al-lah. [Los creyentes] Quienes están con él son severos con los incrédulos, pero misericordiosos entre ellos. Los verás [¡Oh, Muhammad! rezando] inclinados y prosternados, procurando la misericordia de Al-lah y Su complacencia. En sus rostros están marcadas las huellas de la prosternación; así están descritos en la Torá. Y en el Evangelio se los compara con una semilla que germina, brota, se fortalece, cobra grosor y se afirma en su tallo, causando alegría a los sembradores. Esto es lo que Al-lah Ha Hecho con los creyentes para enfurecer a los incrédulos. Ciertamente Al-lah Ha Prometido Perdonar y Retribuir con una grandiosa recompensa a quienes crean y obren rectamente.} [Corán 48:29] Razón por lo cual, alguien que afirme creer en Al-lah, Su Profeta y el Día del Juicio, no desconoce los méritos de estas personas, y tampoco acepta que nadie los desprestigie y menosprecie.
Esta creencia y sentimiento hacia ellos no señala en absoluto que los musulmanes creamos que ellos hayan sido infalibles y que jamás se hubieran equivocado, o que los consideremos como santos o divinos. En primer lugar, el Islam establece, y los Sahabah así lo transmitieron y enseñaron, que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, que nada ni nadie comparte con Él Su señorío y divinidad. En segundo lugar, tenemos que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Todos los seres humanos cometen errores, pero el mejor de ellos es quien se arrepiente y corrige su falta”. [Ibn Mayah]
El Imam Malik, que Al-lah lo Tenga en Su misericordia, describió perfectamente la posición que como musulmanes debemos tener respecto a los Sahaba, señalando claramente que quien los difame o menosprecie está mostrando señales de que su fe no es verdadera y consciente, dijo: “Gente así, que odia y difama a los Sahabah, es la que quiso desacreditar e injuriar al Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, pero como le fue imposible hacerlo abiertamente, arremetió contra sus discípulos, para así arrastrar en la avalancha que creó, con las mentiras lanzadas en su contra, al mismo Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Este alegato pretende únicamente señalar al Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, como una persona despreciable y maliciosa, pues si hubiera sido bueno y recto, sus Sahabah igualmente lo hubieran sido. Esta pretensión de los falsarios es tan débil que se desploma por sí misma, pues de haber sido ellos como alegan, no hubieran dado todo lo que poseían, física y espiritualmente, por defender al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y a su mensaje, y no se hubieran sacrificado por aplicar el Islam, enseñarlo y trasmitirlo fidedignamente, como lo hicieron”.
Los hipócritas, inicuos y falsarios, aprovechándose de la ignorancia de muchos musulmanes sobre la historia y vida de los grandes personajes del Islam, han creado toda una fábula de los hechos ocurridos seis años después de que se designara como Califa a ‘Uzman ibn ‘Affan, que Al-lah Esté complacido con él, en relación con su asesinato. Esta actitud falsificadora continuó incluso durante el Califato de su sucesor ‘Ali ibn Abi Talib, que Al-lah Esté complacido con él. En este periodo hubo grandes tribulaciones y sedición (Fitnah) que cayeron sobre los musulmanes, por eso es que se lo conoce como el periodo de la gran Fitnah. Par que los hechos no sean distorsionados y mal entendidos es que se hace casi obligatorio que cada musulmán conozca de fuentes fidedignas los acontecimientos ocurridos en esta época para que no caiga en la trampa, la perdición y desviación de esta gente, quienes además de adulterar la historia y acomodarla a su manera, aparentan estar con un grupo de los Sahabah, “defendiéndolos” a capa y espada, y alegando que los aman profundamente, ¡qué gran hipocresía!