Las enseñanzas del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, son una guía que acompaña al musulmán en todo aspecto de su vida, sea relacionado con sus asuntos personales o aquellos que tienen que ver con su relación con lo que lo rodea y con las personas con las que interactúa.
La guía del Profeta es un modelo que rige el comportamiento del creyente e ilumina su camino para que sus modales y comportamiento sean elevados, y para que su actuar sea positivo en todo sentido y sin importar dónde se encuentra, desde la relación con la gente hasta quitar cualquier objeto que pueda perjudicar a las personas cuando transitan por la calle.
Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, reportó que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “La fe se divide en más de sesenta partes, la principal de todas es La ilaha il-la Al-lah (creer en que nada ni nadie merece adoración más que Al-lah). El nivel más bajo es quitar los objetos dañinos que puedan perjudicar a las personas… El pudor también hace parte de la fe” (Bujari y Muslim).
El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, trazó un modelo educativo que insta y anima a la persona a mejorar su comportamiento como parte de su fe, además lo enlaza con el desear el bien para todos. El Profeta dijo, según el reporte de Abu Hurairah, registrado por Bujari y Muslim: “Un hombre que estaba caminando vio una rama con espinas y la alejó del camino. Por esta acción Al-lah le perdonó sus pecados”. En otra versión de este hadiz registrada por Muslim encontramos que dijo: “Vi un hombre que andaba por el Paraíso, que mereció estar allí por haber quitado de la calle la rama de un árbol que perjudicaba a la gente”. También encontramos el reporte registrado por At-Tabarni en el que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Quien quita una piedra que está en el camino será merecedor de una hasana (bendición, recompensa), y quien tenga una hasana entrará al Paraíso”. Además, está el hadiz en el que el enviado de Al-lah dijo: “Vi todas las obras realizadas por la gente de mi nación, las buenas y las malas. Entre las buenas vi la remoción de objetos en la calle que perjudiquen a la gente” (Bujari y Ahmad).
Pero, además, encontramos en contraste la advertencia que se hace a aquellas personas que hacen cosas dañinas para la gente. Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, reportó que el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “No sean de los que se han merecido ser malditos”. Quienes lo escuchaban preguntaron: “¿Quiénes son ellos?”; respondió: “Uno de ellos es el que hace sus necesidades en la calle y en los lugares en los que las personas buscan protegerse del sol” (Muslim). En el Corán encontramos que Al-lah nos dijo: {Quienes causen daño a los creyentes y a las creyentes sin tener motivo alguno, cometen un pecado evidente} [Corán 33:58].
Las enseñanzas relacionadas con el cuidado de la calle infunden en el individuo una responsabilidad social muy elevada, lo hace valorar el bien común por sobre el individual y lo hace sentirse responsable del cuidado de los bienes públicos, todo esto por medio de su creencia. Estos principios islámicos buscan evitar el perjuicio y formar una sociedad civilizada y unida.
Este comportamiento no puede ser sembrado en la gente más que por motivación propia, tal como lo hace el Islam y, para ello, es necesario que sea generado desde la creencia que forma y fortalece el comportamiento de la persona, pues sus actos buscan agradar a Al-lah y merecer la recompensa que Él dispuso en la vida del más allá, contrario a lo que sucede cuando este cuidado se impone con el miedo a una sanción por quebrantar una ley, ya que al estar solo y sin vigilancia, no hay nada que lo motive a comportarse con responsabilidad hacia su sociedad.