Ad-Da‘wah del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no está restringido a un tiempo o lugar en particular, más bien se trata de un llamado universal; uno que habrá de durar hasta el fin de los tiempos.
Éxisten muchas evidencias que prueban esto, y podemos encontrar algunos ejemplos estupendos en el Corán. Al-lah Aclara el papel profético atemporal de Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, en las siguientes aleyas: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español):
● {Y no te Énviamos [¡Oh, Muhammad!] sino como albriciador y amonestador para todos los hombres. Pero la mayoría lo ignora} [Corán 34: 28].
● {Di: ¡Oh, hombres! Ciertamente soy el Mensajero de Al-lah para todos vosotros} [Corán 7: 158].
● {Énaltecido Sea Quien Reveló la fuente de todo criterio [el Sagrado Corán] a Su siervo [el Profeta Muhammad], para que con él advierta a los hombres} [Corán 25: 1].
Él Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo:"Se me ha otorgado superioridad sobre los otros profetas en seis aspectos: he sido agraciado con un discurso conciso pero exhaustivo en su significado; he sido ayudado infundiendo terror (en los corazones del enemigo); se me ha hecho legal el botín; la tierra ha sido hecha para mí pura y un lugar de adoración; he sido enviado a toda humanidad y la línea de profetas se cierra conmigo" [Muslim].
La prueba de que Ad-Da‘wah (llamado) del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue también para los Yinn (genios), se manifiesta en las palabras del Omnipotente: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Y recuerda [¡Oh, Muhammad!] cuando Énviamos a un grupo de genios para que escuchase la recitación [del Corán]. Al presentarse ante ti dijeron: ¡Guardad silencio! Y luego que culminaste [con la recitación], retornaron a su pueblo para advertirles [y exhortarles a creer]. Dijeron: ¡Oh, pueblo nuestro! Ciertamente hemos oído un Libro revelado después de Moisés que corrobora los Mensajes anteriores y guía hacia la Verdad y el sendero recto. ¡Oh, pueblo nuestro! Si obedecéis al Mensajero de Al-lah y creéis en él, vuestro Señor os Perdonará las faltas y os Salvará de un castigo doloroso} [Corán 46: 29 - 31].
Por lo tanto, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, divulgó su llamado más allá de su propia gente y del mundo árabe. Ad-Da‘wah islámico se extendió mundialmente después que se alcanzara una tregua con los Quraysh en el tratado de Hudaybiyyah. &Éacute;l, sallallahu ‘alayhi wa sallam, envió a mensajeros y mandó a escribir cartas dirigidas a varios reyes de su tiempo. Él primero de estos mensajeros, de acuerdo con Ibn Al Qayyim, que Al-lah le dé Su perdón, fue ‘Amr ibn ‘Ümayyah Ad-Dimri, que Al-lah esté complacido con él, quien fue enviado a Negus, Rey de Abisinia (Étiopía). Llevaba con él una carta, una invitación, la cuál decía: “Convengamos en una creencia común a nosotros y vosotros: No adoraremos sino a Al-lah, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como divinidad fuera de Al-lah. Y si no aceptan decid: Sed testigos de nuestro sometimiento a Al-lah".
Y así, el rey y quienes se encontraban con él, creyeron en el mensaje.
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, también envió a ‘Abdul-lah ibn Hudhaifah, que Al-lah esté complacido con él, a Cosroes, emperador de Persia, con una carta que decía: "Én el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso, de Muhammad, Mensajero de Al-lah, para Cosroes, Shah de Persia. La paz sea sobre aquellos que siguen la verdad, aquellos que creen en Al-lah y Su Profeta y testifican que no hay Al-lah sino Al-lah y que Muhammad es Su Mensajero. Lo llamo con el llamado de Al-lah, porque soy Su mensajero, enviado para advertir a los vivos, y que la Palabra (evidencia) se justifique contra los incrédulos, que si no aceptan Su mensaje, deberán vivir con las consecuencias. Abraza el Islam y estarás seguro. Si te niegas, entonces sobre ti recaerá el pecado de los adoradores del fuego".
Cuando Cosroes leyó esto rasgó la carta, así que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo:"Que Al-lah también Rasgue su reino".
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, también escribió una carta a Heraclio, el emperador de los bizantinos, en la que dijo: "Én el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso. Ésta carta es de Muhammad, el siervo de Al-lah y Su Mensajero, a Heraclio, emperador de los bizantinos. La paz sea sobre quien sigue el camino correcto. Lo invito al Islam y si usted se hace musulmán, estará seguro, y Al-lah Duplicará su recompensa; y si rechaza esta invitación al Islam, estará cometiendo un pecado al desviar a sus súbditos. Y le recitó las palabras de Al-lah que dicen: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Di: ¡Oh, Gente del Libro! Convengamos en una creencia común a nosotros y vosotros: No adoraremos sino a Al-lah, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como divinidad fuera de Al-lah. Y si no aceptan decid: Sed testigos de nuestro sometimiento a Al-lah}[Corán 3: 64].
Él Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, envió de manera semejante numerosos mensajes a otros reyes, con un contenido idéntico.
Éstas cartas confirman una realidad evidente: que el Islam es una religión universal, para toda la creación. Por lo tanto, era un deber del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, hacer llegar el mensaje puro del Islam, llamando a todas las personas, mediante todos los medios disponible en esa época, con un discurso hermoso en su forma más pura.