La intermediación del Shirk
Hay quienes afirman que ellos son intermediarios entre Al-lah y Su creación asemejándose a una barrera que está entre un rey y sus ciudadanos, y que eleva hacia Al-lah las necesidades de Su creación, por ejemplo, que ellos piden a Al-lah guíe a Sus siervos y les dé el sustento a través de su intermediación –la creación le pide a ellos y ellos le piden a Al-lah–. Ésto es como los intermediarios entre los reyes y sus pueblos, quienes piden por las necesidades de la gente debido a que ellos están más cerca de los reyes que el pueblo mismo. De modo que la gente les pide cortésmente, y ellos deben llevar sus peticiones ante el rey; la gente puede pensar que pedirles a los intermediarios es más beneficioso para ellos que pedirle al rey directamente, puesto que los intermediarios son más cercanos al rey que quien hace la petición. Todo aquel que afirme que los eruditos son intermediarios en este sentido es un Kafir (incrédulo) y un Mushrik (pagano), y será necesario para él arrepentirse y buscar el perdón de Al-lah. Ésta gente hace imágenes de Al-lah, comparan a la creación con el Creador y establecen rivales e iguales con Al-lah.
Los tipos rechazados de intermediarios
Ésta gente es refutada dentro del Corán de forma tan amplia que es demasiado vasta como para mencionarla en este artículo. La intermediación entre los reyes [de este mundo] y su gente ocurre de tres formas:
Primera: Informar al rey sobre una situación del pueblo que el rey desconoce. Quienquiera que diga que Al-lah desconoce la condición de Sus siervos hasta que alguno de los ángeles o de los Profetas o cualquier otro, Le informe de ello, es un Kafir. Por el contrario, &Éacute;l es el &Üacute;nico libre de toda imperfección, conoce [todos los] secretos y lo que está completamente oculto. Nadie puede ocultarle nada a &Éacute;l en los cielos ni en la tierra, y &Éacute;l lo oye y lo ve todo. &Éacute;l escucha los sonidos de todas las lenguas y en todos los diferentes idiomas con toda la diversidad de sus peticiones. Éscuchar a uno no le impide escuchar a otro. Ésto tampoco Le hace cometer errores ni Lo cansa la persistencia del insistente.
Segundo: Cuando el rey es incapaz de administrar y regular a su pueblo y defenderlo de sus enemigos excepto con ayudantes que lo asistan. &Éacute;l no puede hacerlo sin estos asistentes debido a la debilidad e incapacidad de su posición. Sin embargo Al-lah, el &Üacute;nico libre de imperfecciones y limitaciones, no necesita de ningún ayudante ni de aliados que Lo ayuden. Al-lah, el Éxaltado, dijo (lo que se interpreta en español): {Diles [¡oh, Muhammad! a los idólatras]: Invocad a quien queráis en vez de Al-lah, pero sabed que ellos [los ídolos] no pueden beneficiar ni perjudicar, ni siquiera en el peso de una partícula, tanto en los cielos como en la Tierra, ni tienen participación alguna [en el poder divino], ni tampoco &Éacute;l tiene ayudantes de entre ellos.} [Corán 34:22]
Y dijo (lo que se interpreta en español): {Éngrandece a tu Señor, y di: ¡Alabado sea Al-lah! &Éacute;l no tiene ningún hijo, ni tiene asociado alguno en Su soberanía ni necesita de ningún socorredor.} [Corán 17:111]
Al-lah es el Creador, el Señor y Dueño de todo cuanto existe. &Éacute;l es el &Üacute;nico libre de toda necesidad de cuanto hay además de &Éacute;l –a diferencia de los reyes que necesitan a sus ayudantes–, y todo cuanto hay además de &Éacute;l necesita de &Éacute;l. Én realidad, tales personas son asociados en su propiedad, dominio y reinado. Al-lah, el Éxaltado, no tiene asociados en Su domino, por el contrario, &Éacute;l posee el dominio absoluto y nada ni nadie merece adoración excepto Al-lah, sin asociados, Suyo es el señorío, a &Éacute;l pertenece toda alabanza y &Éacute;l tiene poder sobre todas las cosas.
Tercero: Cuando el rey no desea beneficio alguno para su pueblo ni mostrar benevolencia ni misericordia hacia él, excepto cuando algún movimiento externo lo obliga a ello. La preocupación del rey por satisfacer las necesidades de sus súbditos cambia, ya sea debido a que su corazón se ve afectado por las palabras de quien lo aconseja, le advierte y lo dirige, o por miedo a la aspiración que se produce (en su corazón) a cuenta de las palabras de aquel que lo está dirigiendo.
Sin embargo, Al-lah, el Éxaltado, es el Señor y Dueño de todo. &Éacute;l es más Misericordioso con Sus siervos que una madre con su descendencia. Todo cuanto ocurre es por Su voluntad, todo lo que &Éacute;l desea ocurre y lo que &Éacute;l no desea no ocurre. Cuando &Éacute;l otorga beneficios a Sus siervos, hace que uno de ellos haga el bien a otro suplicando por él o intercediendo por él (en un asunto mundanal), y otras cosas similares. Al-lah es el Creador de todo ello y &Éacute;l es Quien creó en el corazón de este benefactor, que suplica e intercede, el deseo de hacer el bien, suplicar e interceder.
No es posible que haya alguien en la creación que pueda forzar a Al-lah en contra de Su voluntad o Su deseo, o que puede informarle sobre algo que &Éacute;l no sepa, ni que haya alguien a quien &Éacute;l tema o en quien &Éacute;l deposite sus esperanzas. Por esta razón el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Que ninguno de ustedes diga: ‘¡Oh, Al-lah! Perdóname si es Tu voluntad, ten misericordia de mí si es Tu voluntad’. Sean firmes y decididos en el asunto, pues nadie puede obligar a Al-lah (a hacer algo)” . [Bujari]
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