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Él sublime nombre de Al-lah, Al Muhaimin

El sublime nombre de Al-lah, Al Muhaimin

Este sublime nombre tiene varios significados en nuestra lengua: el Controlador, el Dominador, el Supremo, el Soberano, el Excelso, el Extremo, el Amo Absoluto, el Señor Supremo, el Predominante, el Preponderante, el Prevalente, el Regio, el Regente y la Autoridad absoluta.

Aparece mencionado una sola vez en el Corán, dijo Al-lah: {Él es Al-lah, no hay otra divinidad salvo Él, el Soberano Supremo, el Santísimo, el Salvador, el Dispensador de seguridad, el Custodio [de la fe], el Poderoso, el Dominador y el Soberbio. ¡Glorificado sea Dios! Está por encima de las divinidades que Le asocian} [Corán 59:23]. En cuanto a la Sunnah, no aparece mencionado en ella ni una sola vez.

En la terminología islámica nos encontramos con que este nombre es definido de una forma que tiene relación con otros de los nombres de Al-lah, en particular con Al Qadir (Quien tiene poder), pues para ser el Controlador, el Dominador y el Señor Supremo debe tener poder, además, debe ser Al ‘Alim (el Omnisapiente), ya que debe estar enterado de todo, dijo Al-lah: {[…] sepan que Dios tiene poder sobre todas las cosas y que todo lo abarca en Su conocimiento} [Corán 65:12].

Al-lah conoce la situación de cada uno de nosotros y tiene el poder y la capacidad de hacer cambios favorables a dicha situación, en especial cuando se está pasando por dificultades. ¿Por qué entonces nos desesperamos? Al ser conscientes de que Al-lah es el Muhaimin, logramos entender que Él está al pendiente de todos nuestros asuntos y hace todo por nuestro bien, ya que Él tiene el poder absoluto para hacerlo.

La relación entre el conocimiento y el poder para lograr el dominio es evidente en nuestra realidad, pues aquellos países y potencias que han gobernado y dominado a lo largo de la historia han tenido como prioridad conocer lo que sucede con sus ciudadanos y enemigos. Sin lugar a duda, Dios está por encima de cualquier comparación, pero esta idea nos acerca un poco más a entender esta conexión.

Este poder propio de Al-lah nos lleva al reconocimiento de la capacidad que tiene de estar presente en todas partes y en todo momento, así como está pendiente de mí en este instante, sabe qué está sucediendo con cada una de Sus criaturas y creaciones, por eso dijo: {Está con ustedes dondequiera que estén. Dios bien ve cuanto hacen} [Corán 57:4].

Al Muhaimin y su connotación, es decir, su relación con otros nombres y atributos de Al-lah, no solamente nos libera de la preocupación y la desesperación, sino que, además, nos libra del miedo hacia Sus criaturas, lo que genera en nosotros confianza en Aquel que tiene el poder absoluto en Sus Manos. Un ejemplo de la conciencia que este nombre genera en las personas es el magnífico episodio que Dios nos describe en el Corán, cuando dijo: {Inspiré a la madre de Moisés: "Amamántalo, y cuando temas por él déjalo [en un cesto de mimbre] en el río. No temas ni te entristezcas, porque te lo devolveré y lo haré un Mensajero"} [Corán 28:7]. ¿Una madre que arroja a su recién nacido al cauce y de un río caudaloso, pero que no teme por él ni se entristece por su momentánea separación?

O como aquella expresión de temor ante la gran misión que se le había encomendado a Moisés y su hermano Arón, en la que se muestra que solo Al-lah tiene la capacidad de hacer que la tranquilidad descienda al corazón de la persona y se instaure en él: {Dijeron: "¡Oh, Señor nuestro! Tememos que se violente y abuse de nosotros". Dijo [Dios]: "No tengan miedo, pues Yo estoy con ustedes escuchando y observando todo} [Corán 20:45-46].

Así como un bebé se siente protegido en el regazo de su madre y al escuchar su voz porque siente que ella haría lo que fuera para resguardarlo de todo mal, el creyente que conoce que su Señor es Al Muhaimin, se entrega a Su voluntad y Le confía todos sus asuntos, encomendándose completamente a Él.

Algunas personas, por falta de conocimiento, convicción y entendimiento, tienden a confundir y mezclar los asuntos y los interpretan de una forma errónea. Encontramos que hay musulmanes que al ver que creyentes devotos se atraviesan por problemas y calamidades o sufren la injusticia de un tirano, se preguntan: “¿Acaso no es Al-lah el Todopoderoso, el Muhaimin? ¿Por qué permite que le pase eso a esa persona?”. Con dichas preguntas están acusando a Al-lah de ser injusto, de no prestar atención a quien cree en Él y Lo adora de la forma correcta.

Detrás de cada hecho y suceso hay una sabiduría que solo se logra comprender cuando se tiene el conocimiento adecuado y la claridad y certeza en la fe. Al-lah dijo en varios versos dispersos en diversos capítulos del Corán lo siguiente:

• {No pienses que Dios está distraído de lo que hacen los opresores. Él solo está tolerándolos hasta que llegue el día en el que sus miradas quedarán paralizadas} [Corán 14:42].
• {Cada uno será retribuido conforme a lo que hizo, tu Señor no está desatento a lo que hacen} [Corán 6:132].
• {Di: "¡Alabado sea Dios! Él les mostrará Sus signos y los reconocerán. [Sepan que] Su Señor no está desatento de lo que hacen"} [Corán 27:93].

En todos esos versos niega que Él sea descuidado y distraído, por el contrario, confirma que está bien informado de lo que hace cada una de Sus criaturas y que cada uno recibirá lo que merece por sus actos, pero que, además, hará justicia y retribuirá a quien sufrió algún mal con la mejor recompensa.

También, Él informa que: {[…] pero [sepan que] siempre pondré a prueba [a los seres humanos]} [Corán 23:30]. Esta es una forma de tamizar a los seres humanos, de que se reconozca el creyente del no creyente y, sobre todo, para que la misma persona sepa el nivel de fe en el que se encuentra. Dijo Al-lah {[Sepan que] si Dios hubiera querido, Él mismo los hubiera derrotado, pero quiso ponerlos a prueba [y que se enfrentaran] unos contra otros. Quien caiga en combate por la causa de Dios, sus obras no habrán sido en vano} [Corán 47:4].

El ejemplo de la madre de Moisés nos enseña que al encomendarse a Al-lah por completo, Él pone todos los medios a disposición de la persona. En este caso vemos algo milagroso, Al-lah, por Su poder infinito, hizo que el río corriera de manera que la cesta que contenía al niño no se volteara y se inundara, y que la corriente lo llevara al lugar que Al-lah había dispuesto y donde ese bebé sería acogido, y también abrió el corazón de la esposa del Faraón para evitar que él lo matara y para sentir ese afecto maternal que la motivó a recibirlo como hijo; dijo Al-lah: {“Deposítalo en un cesto y déjalo en el río, que la corriente lo llevará hasta una orilla donde será recogido por un enemigo Mío y suyo [el Faraón]”. Desperté cariño hacia ti [entre los que te encontraron], para que crecieras educado bajo Mi observancia} [Corán 20: 39]; y: {Dijo la mujer del Faraón: "[Este niño] será una alegría para mis ojos y los tuyos. No lo mates. Puede que nos beneficie. ¡Adoptémoslo!". Ellos no presentían [en qué se convertiría]} [Corán 28:9].

Y, finalmente, encontramos que Al-lah cumplió la promesa que le hizo a esta creyente que entregó lo que más amaba a la voluntad de Dios. Al Muhaimin determinó que esa pequeña criatura y pese al hambre que tenía y el instinto de sobrevivir, rechazara a todas las nodrizas que le trajeron, para que al final fuera su madre la que le diera su alimento y amor.

El fuego también obedece las ordenes de Dios, esto lo encontramos en la historia del Profeta Abraham, que al ser arrojado al fuego Al-lah le ordenó: {Pero dijo [Dios]: "¡Oh, fuego! Sé fresco y no dañes a Abraham". Pretendieron deshacerse de él, pero hice que fueran ellos los perdedores} [Corán 21:69-70].

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