En esta época, las comunidades humanas están siendo afligidas por muchas enfermedades que se acumulan y nos sofocan. Si pudieran elegir, preferirían vivir en un ambiente contaminado y lleno de gérmenes que atacan sus cuerpos y almas hasta casi destruirlos, pero tristemente la realidad en la que viven es aun mucho peor.
La interacción indiscriminada entre los sexos es una de esas enfermedades mortales que prevalece hoy día y que se ha convertido en un rasgo característico de la sociedad. Esta enfermedad constituye un veneno que se ha infiltrado hasta el núcleo de la sociedad y que sigue penetrando más y más, arrebatándole consecuentemente gran parte de su energía y determinación.
La comunidad musulmana estuvo protegida de esta enfermedad mientras vivió a la sombra del Islam, abrazando los valores de castidad y pureza. Asimismo, se guiaba por la moral y la naturaleza innata equilibrada del ser humano, la cual pone las cosas en perspectiva y desprecia que se transgredan las normas impuestas por Al-lah Todopoderoso ya sea dentro del ser humano mismo, la comunidad o en un asentamiento humano.
No obstante, en algún momento la comunidad musulmana comenzó a nadar en contra de su naturaleza durante el colonialismo. Los países de occidente tenían oculta una agenda nefasta cuyo fin era occidentalizar las comunidades musulmanas, llevándolas así a sacudirse de su propia identidad y a borrar toda huella de su individualismo.
Dado que el mal se acerca y las herramientas de destrucción varían, glorificar la idea de la interacción de hombres y mujeres a todos niveles fue algo sumamente peligroso y letal en términos de la morale y el credo de las comunidades musulmanas.
Los europeos nos lo presentaron como un aspecto civilizatorio, que representa desarrollo y modernidad. Sin hacer uso de razón y abandonando la luz de la Revelación Divina y sus métodos, los musulmanes creyeron esa gran mentira. Experimentaron permitiendo la interacción de ambos sexos y que las mujeres exhibieran su belleza ilícitamente. Se sumergieron en extremos, alcanzando niveles de libertinaje y degeneración que a veces sobrepasan incluso los de quienes los arrastraron a este despreciable estado.
Las sociedades occidentales y quienes siguieron sus huellas han sufrido consecuencias graves. Asimismo, occidentales objetivos desprecian la vergüenza y las consecuencias catastróficas que han ensombrecido sus sociedades a consecuencia de la interacción entre ambos sexos. No obstante, algunos musulmanes insisten en seguir esta ruta errónea, provocando que nuestra sociedad se sumerja más y más en el atolladero. Consecuentemente, eso engendra corrupción y borra las buenas morales y las ramas de la fe, siendo la vergüenza la más grande de ellas.
Es un hecho indisputable que el resultado de la interacción entre ambos sexos es una realidad corrupta que ha resultado en la desaparición de la imagen pura y esplendorosa de la comunidad islámica en cuyo seno habían florecido las cualidades practicadas por nuestros predecesores de naturaleza sensata, incluyendo entre ellas la castidad y los celos protectores. Desafortunadamente, eso ha sido remplazado por una imagen opaca y desdeñosa representada por insolencia y Diyathah –lo que significa que el concepto de honor y el de dignidad humana han cesado de existir.
Las instituciones educativas que permiten la entremezcla de sexos no logran alcanzar sus objetivos educacionales, sociales y civilizatorios, a no ser que existan ciertas condiciones y especificaciones definidas que formen un espacio creativo adecuado para el intercambio constructivo y en el que haya lugar para descubrir y desarrollar talentos. A la cabeza de tales condiciones se encuentra el tener medios escolásticos puros y libres de elementos que distraigan y eviten la concentración erradicando así el poder pensar y evitando que la creatividad tome un curso adecuado.
En el Reino Unido, una agencia gubernamental llamada National Foundation for Educational Research (Fundación Nacional para la Investigación Educacional) publico un estudio el 8 de julio de 2002. Dicho estudio se realizó en 2954 escuelas secundarias de Inglaterra para medir el impacto del tamaño y tipo (mixtas o no) de las escuelas en los resultados alcanzados por cada institución.
La conclusión del estudio fue sorprendente: Se estableció que los estudiantes de escuelas no mixtas alcanzan mejores resultados que los de escuelas mixtas. El estudiar en escuelas solo para señoritas beneficia a las chicas, permitiéndoles alcanzar mejores resultados.
Un análisis de los resultados de exámenes públicos en el Reino Unido demostró que las escuelas de un solo sexo han logrado los mejores y más altos resultados regularmente. En 2001, los veinte estudiantes que obtuvieron los mejores resultados en los exámenes británicos provenían de escuelas de un solo sexo. La mayor parte de los cincuenta estudiantes con las más altas notas provenían de este tipo de escuelas también.
Por si fuera poco, experimentos científicos llevados a cabo en algunas escuelas han enfatizado que la educación en escuelas de un solo sexo es mucho mejor que en escuelas mixtas. Algunas escuelas mixtas han sido convertidas en escuelas de un solo sexo separando a chicas y chicos, si bien los estudiantes, maestros, planes de estudio e instalaciones no cambiaron.
Las sociedades musulmanas no habrían padecido de todas esas consecuencias desastrosas si se hubieran apegado al Corán y la Sunna. Sin embargo, insistieron en imitar a los incrédulos y consciente- o inconscientemente se dejaron arrastrar hacia experiencias deplorables y métodos y sistemas equivocados, lo cual resultó en el extravío que vemos actualmente. Al-lah Todopoderoso Dice (lo que significa en español): {¿Acaso quien estaba muerto [de corazón, perdido en la incredulidad] y le dimos vida [guiándole], y le proporcionamos una luz con la cual transita entre la gente es igual a aquel que se encuentra entre tinieblas y no puede salir de ellas? Les Hemos Hecho creer que sus obras eran buenas [y no pueden darse cuenta de su error].} [Corán 6:122]
Preguntemos –sin envolvernos en discusiones inútiles- a aquellos que se dejan deslumbrar por Occidente y aplastar por su vanagloria: ¿Por qué adoptáis lo corrupto y hacéis a un lado la sabiduría, si bien esta última se encuentra más latente en el corazón de vuestra religión?
La lógica básica rechaza tal contradicción, por lo tanto ¿dejareis eso?