La peregrinación de despedida del Mensajero de Al-lah (Parte 1)

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Yabir Ibn ‘Abdullah murió en Medina a los noventa años, fue el último en fallecer de los compañeros del Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam. Antes de su muerte, Muhammad Ibn ‘Ali, el nieto de Hussain, fue a verlo con algunos de sus compañeros. Muhammad Ibn ‘Ali dijo que cuando le reveló su identidad a Yabir, éste quedó deslumbrado. Yabir le deseó la bendición de Dios y le dio la bienvenida a su hogar y luego le pidió que hiciese todas las preguntas que quisiera.

Muhammad relató que cuando empezó a hacer preguntas se acercaba el horario de la oración. Éntonces Yabir se puso un manto muy corto y se levantó para hacer la oración. Él manto era tan corto que se le caía una y otra vez pero igualmente realizó la oración aunque tenía uno más largo en una percha. Después de la oración, Muhammad le pidió que narrara todos los detalles de la Peregrinación de Despedida del Mensajero de Al-lah.

Yabir contó nueve de sus dedos y dijo que el Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, se quedó en Medina sin realizar el Hayy durante nueve años. Én el décimo año, luego de la Hiyrah (emigración a Medina), anunció públicamente que realizaría el Hayy ese año. La gente muy ansiosa comenzó a llegar a Medina provenientes de todas partes para acompañar al Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, hacia La Meca y para aprender directamente del Mensajero de Al-lah la forma correcta de hacer el Hayy. La caravana del Hayy partió de la ciudad encabezada por el Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, y se detuvieron en Dhul Hulaifah durante más o menos un día. Mientras estaban en Dhul Hulaifah, la esposa de Abu Bakr que se llamaba Asma’ Bint ‘Ümais, dio a luz a su hijo Muhammad ibn Abu Bakr. Élla le preguntó al Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, a través de un mensajero qué debía hacer. Él Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, le envió un mensaje; debía bañarse, vendarse las partes íntimas y vestirse con el Ihram (ropas para el Hayy).

Después de dirigir la oración en Dhul Hulaifah, el Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, montó en su camella que se llamaba Qasua y fue hasta un lugar elevado cercano cuyo nombre era Baida’. Cuando Yabir miró alrededor hacia todas las direcciones vio una multitud de gente, algunos sobre sus animales y otros caminando. Yabir dijo: “Él Mensajero de Al-lah, Salla Al-lahu ‘Alaihi ua Sallam, está entre nosotros y desde que recibió la revelación hemos hecho todo lo que él hizo”. Én Baida’, el Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, recitó la siguiente Talbiah en voz alta:

“¡Labbaik, Al-lahumma labbaik! Labbaika, la sharika laka labbaik. Innal hamda wan ni’emata laka wal mulk, la sharika lak” (¡Aquí estoy, Oh Al-lah, aquí estoy! No tienes asociados, aquí estoy. ¡Ciertamente las alabanzas y los favores te pertenecen! Todas las alabanzas son para Ti y el Reino te pertenece y no Te asociamos nada).

Los compañeros también recitaron la Talbiah en voz alta agregándole algunas palabras pero el Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, no hizo caso de las adiciones, siguió recitando su propia Talbiah. Yabir siguió relatando: “No teníamos otra intención que realizar el Hayy, no éramos conscientes de la ‘Ümrah (en aquel momento) y entonces llegamos a la Casa de Al-lah. Él Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, besó la piedra negra y luego comenzó a caminar alrededor de la Ka’bah. Completó las primeras tres circunvalaciones corriendo y las cuatro restantes caminando. Luego fue al sitial de Abraham (Maqam Ibrahim) y recitó el siguiente versículo Coránico:

{Üattajidhu mim-maqami Ibrahima musalla}

{Y haced del sitial de Abraham un oratorio} [Corán 2:125].

Luego se paró para orar entre el sitial de Abraham y la Ka’bah y realizó dos Raka’at (unidades de la oración) en las que recitó Qul la aiiuhal kafirun (Sura 109) y Qul hua Al-lahu ahad (Sura 112). Luego regresó a la Piedra Negra, la besó y salió por la puerta hacia el Monte Safa. Cuando llegó allí, recitó (lo que se interpreta en español):

“Innas Safa ual Maruata min sha’a’iril-lah”.

{Ciertamente Safa y Maruah figuran entre los ritos prescritos por Al-lah}[Corán 2:158]

Éntonces dijo: “Comencé mi Sai (caminata) desde Safa porque Al-lah lo mencionó antes que Marwah”. Luego subió al Monte Safd hasta que pudo ver con claridad la Casa de Al-lah y so orientó hacia ella mientras declaraba la unicidad y la grandeza de Al-lah diciendo:

“La ilaha il-la Al-lah uahdahu la sharika lah, lahul mulku wa lahul hamdu ua hua ‘ala kul-li shai’in Qadir. La ilaha il-lal Lah uahdah anyaza ua’dah ua nasara ‘abdah, ua hazamal ahzaba uahdah “No hay Dios excepto Al-lah, es el &Üacute;nico sin asociados, a &Éacute;l pertenecen la soberanía y todas las alabanzas y &Éacute;l tiene poder sobre todas las cosas. No hay más dios que Al-lah, el &Üacute;nico. Cumplió Sus promesa, ayudó a Su siervo y &Éacute;l mismo lo defendió de las fuerzas de los incrédulos”.

Recitó estas palabras tres veces con una oración en el medio. Luego descendió de Safa, marchó hacia Maruah y repitió en Maruah las mismas oraciones que había recitado en Safa. 

Y cuando llegó a su último recorrido en Maruah, dirigió a sus compañeros hasta la cima diciendo “Si hubiera sabido antes lo que ahora sé, no hubiera traído animales para el sacrificio y hubiera convertido este Tauaf y Sa’i en parte de la ‘Ümrah y me hubiese sacado el Ihram. Sin embargo aquellos de ustedes que no trajeron animales para ofrecer sacrificio pueden considerar este Tauaf y Sa’i como parte de la ‘Ümrah y sacarse el Ihram”. Al escuchar esto, Suraqah ibn Malik se levantó y preguntó: “¡Oh Mensajero de Al-lah! ¿És este mandato solamente para este año o es también para el futuro?” Él Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, cruzó los dedos de una mano con los de la otra y dijo: “La ‘Ümrah se incorporó al Hayy, no solamente por este año sino para siempre”.

Cuando ‘Ali llegó de Yemen con más animales para que sacrificara el Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, y se encontró con su esposa, Fatimah, que se había quitado Ihram y se había puesto ropas teñidas de colores y antimonio (kohl en sus ojos), se disgustó con ella. Pero ella le dijo que su padre, el Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, mismo, le había permitido sacarse el Ihram.

Él Profeta, Sal-la Al-lahu ‘Alaihi wa Sal-lam, se volvió hacia ‘Ali y le preguntó: “¿Cuá1 era tu intención cuando vestiste el Ihram?” (Ésto es, ¿tenías la intención do hacer Hayy solamente o ambos, el Hayy y la ‘Ümrah?) ‘Ali le explicó que dijo: “¡Oh Al-lah! Mi intención es la misma que la de Tu Profeta”. Éntonces el Profeta le (Salla Al-lahu ‘Alaihi ua Sallam) dijo: “Debido a que traje las ofrendas para el sacrificio no puedo sacarme el Ihram y como tu intención era la misma tampoco puedes hacerlo”.

 La peregrinación de despedida del Mensajero de Al-lah (Parte 2)

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