Cada año, durante la noche del 31 de octubre, millones de niños a lo largo de Norte América pintan sus rostros, visten disfraces y van puerta por puerta pidiendo dulces. Los adultos a menudo decoran sus casas con figuras fantasmales, tallan rostros tenebrosos en calabazas y ponen velas dentro de ellas. Desafortunadamente, entre..
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