Una mujer tiene una hija de 28 años que trabaja como maestra. La muchacha es diabética. Un joven se comprometió con ella. La madre no sabe si informar a este joven sobre la enfermedad de su hija o quedarse callada. ¿Debe ella informarle, o no?
Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Los defectos que impiden el placer en la relación sexual u obstaculiza su culminación, los defectos repugnantes o contagiosos, y las enfermedades graves que pueden transmitirse al marido y a los hijos, son los defectos que no se deben ocultar pues no está permitido hacerlo. Si el esposo hace el contrato del matrimonio y no está enterado de tales problemas, tiene el derecho a elegir entre anular el matrimonio o consumarlo.
En cuanto a los problemas o afecciones que no impiden el placer ni causan repulsión, no es obligatorio informar a la otra parte sobre su existencia. La enfermedad de la diabetes es de este tipo. Sin embargo, es mejor informar al novio sobre su existencia para que esté enterado del asunto. Además, eso es lo más apropiado para evitar discrepancias y hacer prevalecer la armonía entre ambos cónyuges.
Pedimos a Al-lah que cure pronto a esta joven.
Y Al-lah Sabe mejor.
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